Cuando hablamos del cuidado de la dependencia son muchos los factores que entran en juego. Los profesionales del sector deben considerar todos los elementos que sirvan para favorecer el bienestar de los dependientes y que mejoren su calidad de vida. Un concepto que actualmente está en el ojo de mira es el de convivencia intergeneracional debido a los grandes beneficios que ofrece, sobre todo, para las personas mayores.
Existen numerosas estrategias de convivencia intergeneracional que se pueden poner en práctica desde casa o desde los centros de cuidados, que involucran a familiares, amigos y profesionales en el área.
Veamos de qué se trata y todas las ventajas que puede aportar.
¿Qué es la convivencia intergeneracional y cuál es su importancia?
La convivencia intergeneracional tiene una definición sencilla. Se trata de interacciones de valor entre personas de diferentes generaciones. Es decir, es el compartir entre jóvenes, adultos y personas mayores que tiene como propósito la ampliación del panorama y del entorno social de los participantes, con el fin de promover y estimular la actividad física y mental.
Tales encuentros suelen suceder de manera espontánea en entornos familiares. Sin embargo, también pueden ser organizados como parte de los programas de atención en los centros de cuidados a la dependencia, en especial a personas mayores. No se requieren esfuerzos sumamente grandes para lograrlo, un juego de mesa, una conversación, ejercicios o una comida sirven como estrategias.
La importancia de promover este tipo de interacciones radica en ofrecerles a los participantes la oportunidad de integrarse a proyectos en los que el crecimiento personal, la participación activa y la transmisión de conocimientos a las nuevas generaciones tienen lugar. De esta manera, nuestros mayores pueden sentirse escuchados y miembros importantes de la sociedad.
Beneficios de la convivencia intergeneracional
Aunque hemos hecho especial énfasis en la importancia de la convivencia intergeneracional para las personas mayores, no cabe duda de que sus beneficios pueden ser provechosos para personas de todas las edades. Por ejemplo, de la misma manera en que los abuelos pueden demandar compañía, los jóvenes requieren de aprendizajes y modelos positivos para nutrirse e imitar.
Aumentar la solidaridad entre personas de distinta edad
Cuando se promueven las relaciones intergeneracionales, se producen los espacios idóneos para que las generaciones conozcan y se identifiquen con las inquietudes, necesidades, dudas o requerimientos que afectan a las otras. Así, es posible que trabajen juntas en proyectos o sencillamente que compartan la relación necesaria para fortalecer el compañerismo, la empatía y la solidaridad.
Promover el envejecimiento activo
El desgano, el sedentarismo o la soledad pueden ser los peores enemigos de una vejez plena y vital. Al contrario, está demostrado que la calidez de una buena compañía y mantenerse activo en compartir conocimientos y las interacciones sociales favorece significativamente las funciones cognitivas, el bienestar físico y la salud emocional de los mayores.
Además, es innegable el efecto revitalizador que puede generar su integración con personas más jóvenes en actividades amenas y satisfactorias. Sin duda, la vida en sociedad está muy bien valorada para la promoción de un envejecimiento activo.
Destacar y fomentar la práctica de valores sociales
Las actividades intergeneracionales están fundamentadas en valores como el respeto, la solidaridad, la responsabilidad, la empatía, la igualdad, el amor, entre otros de gran importancia para la convivencia en general.
En consecuencia, llevar a cabo este tipo de actividades es una manera de fomentar y poner en práctica estos valores y de promover una sociedad más justa e inclusiva.
Acabar con la discriminación y desterrar estereotipos asociados a la edad
La vejez viene acompañada con ciertas etiquetas que pueden ser un limitante para los mayores: que están incapacitados para aprender sobre tecnología, que no pueden practicar deportes o que son demasiado impacientes como para enseñar a otras personas.
En tal sentido, la convivencia intergeneracional es una excelente herramienta para transformar percepciones, fomentar el aprendizaje, promover prácticas inclusivas y acabar con la discriminación y los estereotipos que mantienen a los abuelos al margen de ciertas actividades.
Aumentar la autoestima
Socializar con otras personas, el aprendizaje constante, la posibilidad de transmitir conocimientos, entre otras experiencias que tienen lugar durante la convivencia intergeneracional, hacen que las personas mayores se sientan valiosas para la sociedad y aumenten su estado de ánimo y su autoestima.
Todo lo contrario a lo que sucede cuando la soledad y la inactividad forman parte de su cotidianidad, pues ambas condiciones están asociadas a la tristeza, daños a la autoestima, la ansiedad y la desmejora de la salud física, mental y emocional.
Afianzar y diversificar las redes de apoyo
Integrar a personas de diferentes generaciones en redes de apoyo a la dependencia contribuye a afianzarlas, consolidarlas y, sobre todo, diversificarlas. De esta manera, el intercambio y la ayuda mutua pueden ser mucho más eficaces para mejorar la calidad de vida de todas las personas.
Intercambio de conocimientos
De la misma manera en que los jóvenes conocen sobre el manejo de las nuevas tecnologías o sobre música, y pueden ayudar a los mayores a comprender estos temas, las personas de la tercera edad están en capacidad de enseñar sobre hechos del pasado, cultura y tradiciones. Hablamos de un intercambio de conocimientos provechoso para todos.
Programas y estrategias de convivencia intergeneracional en España
En España las bondades de la convivencia intergeneracional son muy bien apreciadas. Desde hace más de 25 años se vienen implementando con éxito los programas de convivencia intergeneracional, y se han posicionado como excelentes mecanismos para promover un envejecimiento saludable, pero también ofrece beneficios a los más jóvenes.
Consisten en que personas mayores conviven con estudiantes universitarios mientras cursan sus estudios académicos. Estos programas se han institucionalizado con el apoyo de empresas dedicadas especialmente a promoverlos de forma segura.
También los centros de cuidados de la dependencia se han dedicado a promover espacios para el encuentro intergeneracional que involucran a familiares, profesionales del sector y voluntariado.
Desde casa también se pueden promover las experiencias intergeneracionales: una charla, una comida, dinámicas recreativas o juegos de mesa son una excelente manera de aprovechar el caudal de beneficios que se desprende de la unión de las generaciones.
Patricia Marcos García